No es extraño un mercadillo/rastro en un pueblo.
Prácticamente todas las localidades del mundo tienen uno, permanente, periódico
o itinerante. Oxford tiene, entre otros, el mercadillo de los domingos en el Kassam Stadium, un mercadillo donde tienes la posibilidad de encontrar cualquier cosa que te hayan robado: bolsos, bicis, etc...
Kidlington también tiene su mercadillo, más honesto, los viernes y sábado, si bien ambos días no cuentan con la
presencia de los mismos puestos.
No hay mucha diferencia entre lo que puedes encontrar en
este mercadillo y cualquier otro de cualquier otra localidad, si no fuese por
la pescadería. En Kidlington no hay (o por lo menos aún no he encontrado)
ninguna pescadería que venda pescado fresco. En el supermercado tienes la posibilidad de encontrar
pescado envasado y también tiene pescadería tradicional.
Pero las pescaderías de los supermercados… no sé, como que no te dan ganas,
como que te da la sensación que esos peces hace demasiado tiempo que abandonaron el
mar.
Entonces en el mercadillo está la pescadería, que consiste
en una mini-furgoneta llena de hielo con una extensíiiiiiiiiiiiima variedad de pescado:
bacalao, sardinas, merluza y salmón. Ya está. Además bastante caro. Pero claro,
es el precio que hay que pagar por algo que no encuentras en ningún otro sitio.
Y puedo asegurar que es fresco, no tiene mucha variedad pero lo que tiene está
fresco.
Así que los viernes toca el capricho del pescado.
Qué no os engañen: lo de la derecha no es paella.
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