Nuestra intención inicial era establecernos dentro del ring road, es decir, en el interior de
la autopista A40 que rodea el centro de Oxford. Como en cualquier otra ciudad,
vivir cerca del corazón de la misma hace que todo esté más cercano y todos los
servicios más accesibles. Por ejemplo, vivirías más cerca del comedor de
Howgarts (que está en Oxford), lo que hace más sencillo encontrar un mago
cuando lo necesitas.
Pero como nadie quiere a nuestros gatos en sus casas en
Oxford, finalmente hemos tenido que abrir nuestro radio de búsqueda. Esto nos
permitió encontrar un hogar en Kidlington, un pueblecito de unos 14000
habitantes a 8 millas al norte del centro de Oxford, que equivalen a unos 20
minutos en bici. Es una mezcla
entre ciudad dormitorio y típico pueblo inglés, y como buen pueblo inglés se
caracteriza porque a las siete de la tarde debe de ocurrir algo muy peligroso
en sus calles: todo el mundo desaparece. Pero lo más curioso es que, sea lo que
sea eso tan peligroso, no puede entrar en los pubs, ya que ahí es donde se
refugia el vulgo. Y, claro, todos los Jack, John, William, etc… metidos en el
pub hacen aquello que han perfeccionado a lo largo de los años: beber cerveza,
hablar de fútbol y volver a casa dando tumbos. Aquí es donde cuento la leyenda
urbana (ignoro su veracidad) que dice que las puertas de las terrance (la típica hilera de casa británicas)
tienen cada una un color diferente para que Jack, John y William reconozcan su
casa entre cientos de iguales. Así que si te metes en la cama de una casa con
la puerta de color verde y la tuya era roja, la persona al lado tuya en la cama
no es tu pareja. Mucha suerte.
El núcleo del pueblo es una calle. No es grande, pero tiene
los suficientes comercios y servicios para poder vivir sin tener que ir a la
gran city. A su alrededor, decenas de
arterias que desembocan en barrios residenciales como el nuestro, situado entre
la gran urbe que es Oxford y Kidlington. Entre dos mundos.
No nos importa vivir en Kidlington. De hecho, reconozco que
cuando surgió la idea de irnos a Inglaterra, yo deseaba una ciudad pequeña. Así
que estoy convencido que nuestro carácter tranquilo y casero encajará en este
pueblín.
St Marys Church
Hogwarts. No cambies el orden.
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