jueves, 22 de enero de 2015

Winston Churchill

Winston Churchill es un personaje de sobra conocido. No voy a descubrir en esta entrada a un personaje anónimo con un breve momento de gloria sino a alguien con una extensa trayectoria militar y política. Este año se cumple el cincuenta aniversario del fallecimiento de Churchill, acontecimiento que será conmemorado con la emisión de sellos, monedas y la celebración de diversos actos. 

La dimensión de Winston Churchill no conoce límites. Fue galardonado con Premio Nobel de Literatura en 1953 por "su dominio de las descripciones biográficas e históricas así como por su brillante oratoria en defensa de los valores humanos exaltados". Además, es ciudadano honorario de los Estados Unidos, donde se inauguró en 1969 el Winston Churchill Museum en Fulton, Missouri. 

Tras una juventud rebelde, inició una carrera militar que fue tempranamente sustituida por su vocación política. A los 26 años ya representaba a su partido en la Cámara de los Comunes. Tras un período alejado de la política, dedicado a la escritura y la pintura, regresó con fuerza para liderar a su país en la Segunda Guerra Mundial. La alta emoción contenida en sus discursos y su extraordinaria capacidad como estratega fue clave para el desenlace de la contienda. Sus arengas y proclamas hacia la población consiguieron mantener a la población fuerte en los momentos más complicados e hicieron eterno a Churchill.

Lo que me era desconocido en la biografía de el ex Primer Ministro era su lugar de nacimiento: el Palacio de Blenheim, en Woodstock, localidad vecina de nuestra Kidlington de adopción. Se trata del único palacio que recibe esta denominación sin pertenecer a la casa real o a la iglesia. Una magnífica construcción levantada en un entorno natural no menos esplendoroso. Pertenece desde hace varias generaciones a los Duques de Marlborough, quienes gracias de su incapacidad para mantener las instalaciones han tenido que ir vendiendo poco a poco parte del tesoro, en forma de objetos, libros y obras pictóricas para poder cubrir las necesidades del palacio. Una cara maravilla.

La web del Palacio de Blenheim

La web del Winston Churchill Museum

4 comentarios:

  1. La vída de Churchill fue muy interesante. Además de lo citado, tomó parte de la vida política desde principios del siglo XX siendo el protagonista de numerosas chapuzas y errores garrafales. En su currículum queda el desastre de la batalla de Galípoli (cientos de miles de británicos muertos), sus distintas responsabilidades en gobiernos conservadores (con dimisones forzadas incluidas) o el papelón que jugó en Grecia tras la IIª Guerra Mundial y que terminó con una guerra civil en el país heleno. Le salvó un discurso patriótico y que era un fenómeno dándole a la húmeda en un momento en el que la agresión nazi exalto la identidad nacional en Inglaterra. Bueno, también le salvaron todos los barcos cargados de suministros que EE.UU, les enviaba tras romper el cerco marítimo al que le sometían los submarinos alemanes.

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    1. La labia era lo suyo, desde luego. Tu coges una frase cualquiera de una canción de Camela, afirmas que la dijo Winston Churchill y ya tenemos frase motivacional.

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  2. Nada de Churchill... Lo que tu audiencia desea saber es el conflicto entre The Sun y los kiosqueros de Liverpool
    También sobre el colacao y los grumos

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