lunes, 2 de marzo de 2015

¿Por qué un voluntariado?

Ya sabéis que hace unas semanas empecé mi voluntariado. Desde entonces he pensado mucho en qué hacer y cómo contarlo en este blog, pero lo primero es responder a la pregunta ¿por qué un voluntariado?

Para ser voluntario necesitas dos cosas fundamentales: tiempo y ganas. En cuanto al tiempo, mudarte a otro país significa dejar de hacer una gran cantidad de cosas que hacías en tu país de origen. Aficiones, deportes, amigos... todo esto queda ahora lejos y sólo puedes dedicarles algunos minutos de skype y whatsapp al día, cuando no lo abandonas por completo. Por ejemplo, los que me conocéis de hace tiempo (gran suerte la vuestra) sabéis la cantidad de tiempo y energía que he dedicado los últimos años al fútbol sala. Así que tiempo tengo a pesar de mis dos trabajos.

En cuanto a las ganas... hay sucesos que te cambian la vida. De nuevo los que me conocéis hace tiempo sabéis que hace un año y medio mi familia sufrió la importante pérdida de mi padre. No hace falta que os diga la magnitud de un hecho así. Menos de un año después un avión me llevaba a vivir muy lejos de mi casa. Son sucesos independientes en principio pero sinérgicos: desde que vivo en UK no entiendo uno sin el otro, como si de no haber ocurrido alguno de los dos el otro tampoco hubiese pasado. Los dos han actuado en mí en la misma dirección y son los que me han empujado a hacer un voluntariado. Me atrevería a decir que si mi padre estuviese aún con nosotros no sería voluntario. Las pérdidas importantes e inesperadas te hacen pensar en el Carpe Diem que tan bien sonaba en la voz del profesor Keating y en la gente que necesita ayuda para llevar a cabo esa idea.

Supongo que hacer el voluntariado es una necesidad que tienes en un período de tu vida. Ahora estoy en ese período. Llevo sólo unas pocas semanas pero el proceso está siendo emocionante, para lo bueno y para lo malo.


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