viernes, 8 de agosto de 2014

Liverpool-Oxford

No va a ser mi primera vez en Inglaterra. El año pasado ya estuve acompañando a la hortaliza en uno de sus periplos veraniegos de curro. Entonces estuvimos bastante más al norte, en Liverpool. ¿Qué puedo decir? You´ll never walk alone y The Beatles. No necesito mucho más.

Me puedes llevar a la ciudad más horrorosa del mundo con esos dos ingredientes y podría ser feliz. Aunque fuese una ciudad gris y lluviosa, con poco sol y con gente tan fría que parece que vayan a cagar calippos. Estuve en Anfield, en The Cavern, en el museo de The Beatles... y después en todo lo demás. Y todo lo demás también mola bastante. Menos la comida. No encuentro las palabras para describir la comida. Lo justito para cubrir sus necesidades básicas nutricionales, porque lo que es el paladar... Lo que comen mis gatos tiene bastante mejor aspecto que cualquier cosa que allí me sirvieran, con diferencia. Pero reconozco que si tu hígado sobrevive a esto y no eres susceptible con el clima, Liverpool es una bonita ciudad.


Con esta referencia es complicado imaginarme cómo es Oxford. Pienso en un británico que haya estado viviendo en Sevilla y ahora tenga que irse a San Sebastián... nada que ver. Supongo un Oxford con algo más de sol (espero), con bastantes más españoles y con mayor fortuna gastronómica. Sin Anfield, sin The Beatles. No quiero pensarlo mucho para no perder ilusión en la sorpresa y no exponerme a una bofetada de realidad. Mejor no elucubrar y dejar que Oxford se presente por sí sola.

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