viernes, 22 de agosto de 2014

Selección de inquilino

Con gran esfuerzo y una pizca de suerte por fín ha llegado el momento y hemos encontrado un hogar para nuestra familia humano-gatuna. Un casero que acepta que los gatos vivan en su casa alquilada, y una casa que cumple con nuestras exigencias (que básicamente son que acepten a los gatos y que no parezca una mazmorra). Hasta aquí todo redondo... ahora llegamos al sorprendente APPLICATION FORM.

¿En qué consiste? Se trata de un formulario que debes rellenar con cierta información para el casero y que determina si finalmente serás el agraciado con pagar una renta desorbitada al mes. Si este formulario deja al casero satisfecho, enhorabuena, pasas a ser su inquilino. 

¿Qué tipo de preguntas contiene? Básicamente se trata de demostrar tres cosas: que tienes solvencia económica para hacer frente al pago del alquiler, que no has dejado cuentas pendientes en España (ni económicas ni penales) y que has sido un buen inquilino previamente.

Y aquí viene lo mejor, ¿cómo demuestras que has sido un buen inquilino? Pues aportando el contacto de tus anteriores caseros para que el dueño de la casa pueda contactar con ellos. En nuestro caso, aportamos los datos de nuestros caseros en España y en los Estados Unidos, pero pensando que ni de coña este tipo los iba a consultar al ser de fuera de UK (yo, porque el pimiento lo tenía claro), que se trataba de una mera formalidad... pues ole sus pelotas, el british casero escribe un email a las referencias que hemos aportado. Menos mal que gracias a sus positivas opiniones sobre nosotros han terminado de culminar nuestra solicitud.

¿Por qué todo este proceso? Parece algo exagerado. Es sencillo suponer que el casero tiene que tener seguridad de que vas a ser un correcto pagador de la renta y un buen inquilino, y qué mejor manera que conocer tus experiencias previas. Pero este jaleo tiene un motivo principal: en Oxford faltan viviendas para la demanda que hay, si no pasas el proceso de selección hay otros veinte candidatos dispuestos a vivir en esa casa y que quizás tengan mejores referencias y salario. Eso es tener la sartén por el mango.

No me atrevo a pensar cómo tiene que ser aquí una oposición.

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